DETERMINACIÓN - Reflexión existencial


DETERMINACIÓN


Son necesarias la ira y la soledad para escribir apasionadamente. Es vital sentirse asqueroso y rechazado, al mismo tiempo que superior, para poder escribir algo concreto y decisivo.

Es tiempo de anotar mis últimas reflexiones respecto del mundo que me rodea, pués al punto he llegado de detestar poderosamente a todo el género humano, amando a cambio la soledad y el silencio. Si es anormal este comportamiento, al menos necesito justificarlo tratando de explicar su causa.

Estoy encerrado en un cuarto donde hay una mesa de dibujo en la que apoyo esta libreta. De fuera vienen gritos destemplados; lamentos y discusiones de los hombres  y casi vomito por el asco que me produce su intrascendencia. Entretanto reflexiono en la frase de Nietzche: “el hombre es algo que debe ser superado”, y analizo la situación. A diario vemos el martirio de millones de personas en el mundo buscando sobrevivir un día más, y a muchos buscando en las posesiones materiales o en los demás la felicidad, mientras ellos se pudren por dentro, sin dar algo de sí. Entonces es cuando decido que todos deben ser condenados a la hoguera.

Uno de esos seres me habla, quiere ofrecerme su amistad, pero no puedo evitar responderle ásperamente. Por estos días, mi espíritu rechaza incluso las buenas obras de los hombres, pués sé que su intención es fingida o, por lo menos, esperan recibir algo a cambio. Si no fuera así, no habría tantas muertes por hambre en el mundo, no habría tanta miseria, ni sufrimiento por enfermedades, ni robos, ni asesinatos, ni corrupción, ni tanta concentración de la riqueza en tan pocas manos. Pero esta desigualdad e injusticia reinante demuestran la mezquindad del género humano que no responde al fín para el que se creó o no desarrolla sus potencialidades positivas. No es un asunto de política, ni de sociología o teología; es un asunto del espíritu. Entendiendo como Espíritu un sentido humano no físico ni mental que lo armoniza con los valores y significados más altos de la existencia.

Así mis congéneres se alejan cada día más entre las estrellas y en la intimidad del átomo, orgullosos de su poder destructivo, mientras aplastan millones de seres con su egoísmo. Así cada día me alejan más de ellos.

No ansío el poder ni las estrellas, porque no quiero pasar por encima de otras personas. Pero quiero que nadie me detenga. Porque creo que los seres humanos debemos ser iguales y paralelos, independientes y dignos, complementarios pero no como un rebaño, no como el plato de espagueti que estamos hechos. ¿Solitarios? Es nuestro destino. Porque dentro de nosotros alienta un poder que nos acompañará siempre y que debemos dar sin esperar nada a cambio. Muchos le llaman Amor, pero no lo comprenden, no lo brindan ni siquiera a ellos mismos, no lo sienten. Viene de un corazón inmaterial que tenemos y que se llama espíritu.Y, sí, viene de un ser que llamamos Dios pero que no conocemos, del cual ninguna religión es dueña así todas se autoproclamen, y que ni  siquiera han podido comprenderlo.

Por eso me siento orgulloso de no querer convivir con el resto de la humanidad, porque mi meta es superarlos. Porque soy más poderoso que el cohete y el misil atómico; porque mi fuerza reside en mi espíritu y no en un máquina ni en una cuenta de banco, y porque soy mi propio dios.....y mi propio demonio.

Belén de los Andaquíes, Enero 14 de 1.983 / Bogotá, Enero 19 del 2.002

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