LOS SIETES DE LA BARAJA Crónica de inexplicables coincidencias Ya he encontrado el siete de bastos; antes, solamente lo había tenido en una visión poco antes de despertar. Cuando mi mente se deshizo de los jirones de sueños que se mezclaban absurdamente con los ruidos de la calle y los rayos de sol que entraban esforzadamente por los entresijos de las pesadas cortinas, la imagen del 7 de bastos quedó fija ante mis ojos con la persistencia de los objetos luminosos que miramos sólo un instante. Entonces caí en cuenta emocionado que esta carta era el tercer siete de la baraja española que encontraba en menos de un mes. Algo debía significar esta serie de hallazgos nada casuales, sobre todo cuando a las dos semanas, mientras caminaba una tarde con los hermanos Rubiano, Daniel de 11 y Nicoll de 15, por una vía arborizada y amplia, de regreso al barrio después de jugar en el parque, divisé entre las hojas caídas un siete de oros impreso en el respaldo de una cajita de fósforos El Rey.
Hola
ResponderEliminarPienso ir, me podrías indicar cómo llegar.
Gracias