Coincidencias Bibliográficas Parte 1
Coincidencias Bibliográficas Parte 1
COINCIDENCIAS CON CHICAGO
Escrita en 2007
Son las 12:15 a.m. Acabo de poner a servir la unidad de CD en mi computador, mientras escucho “Hablar por hablar” de Caracol Radio. El primer CD que funcionó fue el de las fotos de Chicago que trajeron mis sobrinos Christian y Mimo de cuando trabajaron allá en 2.005 y 2.006. Cuando terminé de examinarlo, llamó a la emisora una señora llamada Gloria que dijo hablar desde una ciudad muy lejana en los Estados Unidos; Carolina le pidió que dijera el nombre de la Ciudad, y esta era efectivamente Chicago. Ésa es la ciudad de mis sueños desde niño, pues tuve un juego de diapositivas 3D View-master con imágenes fascinantes de Chicago. Mi sobrino Christian también me regaló un bello libro de imágenes de Chicago con una dedicatoria que decía: “Tío: Chicago no es un sueño”.
COINCIDENCIAS BIBLIOGRÁFICAS-Un jardín para Milena
Estoy escuchando W Radio a las 7:50 de la
mañana. Camila hace un reportaje sobre un bar llamado “El Basurero”, fundado
por un paisa en Nueva York, a imagen de otro similar en Medellín que, a su vez,
trabaja el concepto de “Andrés Carne de Res” de Chía, Cundinamarca. Al mismo tiempo leo un
libro de poemas de la colección Un libro por centavos; es la antología de Omar
Ortiz llamada Un jardín para Milena. Allí hay un poema, del capítulo Diario
de los seres anónimos, llamado “Ariosto Figueroa” y leo los versos:
Ningún gringo bebe aquí su último trago,
ni se juega la vida en veintiún vasos un
poeta encendido.
Justo en ese momento, Julio Sánchez Cristo le
pregunta a Jorge, el propietario del bar: ¿le aparecen gringos en el sitio?
Él responde que cerca del 40% son clientes habituales del lugar.
Más adelante Julio
pregunta a Camila por la dirección de “El Basurero” y ella responde:
3217 Steinway Street, Asteria Queens.
Resalto las
coincidencias: La entrevista y el poema que estoy leyendo hablan de un mismo tema: un bar; en el
mismo momento escucho la pregunta de Julio Sánchez Cristo: ¿le aparecen
gringos en el sitio? y leo el verso: Ningún gringo bebe aquí su último
trago; el nombre del poema, Ariosto, y el nombre de la calle, Asteria, tienen
igual cantidad de letras y una fonética similar; el nombre del oyente es Jorge y en el poema nombra la cifra 21, que aparece en el centro de la dirección del bar "El Basurero".
Y una adicional, que
es de índole personal y tal vez intrascendente: Desde hace más de treinta años
me persigue la cifra 7321 o la combinación de sus dígitos, que me han llevado a hallazgos en lo espiritual, alquímico y de intervención alienígena en mi vida. Eso es todo.
Me llamo Jorge y mi
política ambiental es que la basura no existe, todo es reciclable.
ARIOSTO FIGUEROA
No es el mundo esta cantina descascarada por el tiempo.
En sus paredes no se lee ninguna historia, lejos la leyenda.
No hay muchachas, ni mezcal, ni siquiera asesinos.
Ningún gringo bebe aquí su último trago,
Ni se juega la vida en veintiún vasos un poeta encendido.
Algunos parroquianos vienen y se aburren,
Como se aburren con sus queridas o con el cura.
Si pasara un ángel nadie levantaría la copa en su nombre.
Sólo las moscas interrumpen la desesperanza.
Una mujer apareció una vez y pronunció tres palabras,
Me casé con ella irresponsablemente.
Desde entonces entiendo el obstinado silencio de mis vecinos.
Omar Ortiz. Poeta y abogado bogotano, nacido en 1950, director de la revista de
poesía Luna Nueva, de Tulúa.
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