CARTA DE AMOR DESDE EL FRENTE - 1983
Me llamo Jorge. ¿Te acuerdas de mí? Hubo un día en que dialogábamos quedamente bajo el cambiante ocaso. Hubo una noche en que el frío no fue suficiente para separarnos bajo el cielo estrellado.Hubo un lucero que fue testigo y una luna cómplice.
Esta noche han
vuelto la luna, los luceros y, además de los
ocasos, hay un río torrentoso...
¡Pero estás tan
distante!
Recuerdo que también hubo un día en que nos buscamos, y otro día en que nos separamos para no volver a ser como antes.
También recuerdo
que no hace mucho tiempo, estando lejos de ti, tu recuerdo era agua fresca para
mi alma sedienta. Y en aquellos días y noches donde no hubo presente, la
esperanza de recibir una carta tuya fue la fuerza para moverme.
Hubo un día
también, muy reciente, en que me acerqué a ti, como una ola a tu playa, para
deshacerme luego en la soledad de esta aventura.
Hubo otro día en
que perdí la esperanza.
Soy una ola que se
desbarató trágicamente sin alcanzar su playa; soy un alma sedienta de tu fresca
presencia, un árbol que se seca sin remedio por tu ausencia. Soy una sombra del
pasado, sólo soy mis recuerdos.
La luna aún
permanece, del ocaso nacen las estrellas, el lucero todavía es testigo... Y este
río torrentoso que se lleva los restos de mi cuerpo, pertenece a otra
historia...de podredumbre.
Por desgracia algo
queda de aquel que una noche escribió esta nota a la luz de una vela, asediado
por las polillas, por los mosquitos y por las balas. Algo quedaba, pués se
funde ahora con la corriente del río torrentoso.
¡Pero el río vuelve
a la mar! ¡Y la mar busca nuevamente su
playa!
El Doncello, Caquetá, Mayo 13 de 1.983
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